Vivir con Dermatitis Atópica

Dentro de la población afectada por la dermatitis atópica, hay quienes suelen experimentar como consecuencia del prurito constante y de las lesiones en la piel, dificultad para conciliar el sueño y obtener un descanso apropiado. Los trastornos del sueño suelen aparecer, como así también, el cansancio y la irritabilidad.

Las actividades de la vida diaria suelen verse afectadas: desde la elección de la vestimenta, el tipo de deporte a realizar o el lugar para ir de vacaciones. El desempeño escolar o laboral también puede disminuir notablemente, y en algunas ocasiones, ausentarse de manera reiterativa.

El stress y ansiedad, pueden ser factores desencadenantes de brotes.

Hay quienes suelen ser víctimas de discriminación y bullying, se aíslan y ven obstaculizadas sus relaciones interpersonales. Las lesiones, dependiendo de donde se produzcan, suelen ser visibles u ocupar una extensión notable en el cuerpo, haciendo que quienes estén afectados, sean blancos de burlas y hostigamientos. Problemas de autoestima suelen emerger a causa de esto. Ante la falta de información sobre esta enfermedad dermatológica, existe la creencia de que es contagiosa, por lo que el paciente se siente avergonzado y rechazado y evita situaciones de reunión social.

Las exigencias de los cuidados diarios en los más pequeños y con tratamientos que a veces no suelen resultar hasta encontrar el indicado, alteran la dinámica familiar, provocando sentimientos de angustia, frustración y desesperación en los padres. Y a ello debemos sumarle el impacto económico que los tratamientos para la dermatitis causan, encontrando a familias sin recursos para solventarlos o abandonando los mismos. El alto costo de las cremas, medicamentos y productos de higiene específicos para la dermatitis atópica hace que se dificulte el acceso a un tratamiento adecuado.

Destacamos la importancia de poder realizar los tratamientos médicos correspondientes como así también promovemos que la persona afectada y su grupo familiar, puedan encontrar un espacio de escucha y contención, ya sea con profesionales de la salud mental, y/o con grupos de apoyo que traten esta enfermedad.

Pese a que se puedan identificar factores desencadenantes y se tengan todos los cuidados al respecto, al ser una enfermedad crónica, la posibilidad de un nuevo brote siempre está presente.

LA DERMATITIS ATOPICA AFECTA LA CALIDAD DE VIDA DE LOS PACIENTES Y DE SUS FAMILIAS.